El regalo más valioso, Jesús.

Aprendí que lo valioso de un regalo no es su tamaño sino las manos que lo dan, nos hemos preguntado el por qué un regalo llega cuando menos lo pensamos? Una cajita o envuelto en papel guarda un detalle que acelera nuestro corazón, que nos emociona de tan solo pensar en una sorpresa, que pudieron pensar en mí o en ti sin recibir nada a cambio, ¿Cuántos nos emocionamos por un regalo? ¿A cuántos nos gusta que nos regalen? Son muchas cosas que pueden mantenernos expectantes.

Hubo un regalo que no vino envuelto ni entregado en la puerta de la casa, fue clavado en una cruz y resucitó al tercer día, dio regalos inmerecidos, dones, gracia, amor, y una cantidad de palabras que conquistan el corazón día a día, ¿Cuántos quieren recibir ese regalo en su corazón?