Un sacrificio, muchas recompensas.

Te mereces todo lo bonito, puro y sincero, porque muchos de tus sacrificios han sido a base de lágrimas y dolor.

Dios te mira con agrado como una perla preciosa y un especial tesoro, el Señor conoce tu andar entre espinas y tus tropiezos en caminos equivocados, hoy deja que sea Él quién llene tu corazón y te lleve al lugar que fue diseñado para ti.

Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar;Sobre ti fijaré mis ojos.

Salmos 32:8 RVR1960