¿Qué implica florecer?
- JOVEN DIAMANTE
- 14 mar 2024
- 2 Min. de lectura
F uerza: Capacidad, poder, autoridad.
L ealtad: Fidelidad, gratitud.
O bediencia: Responsabilidad, compromiso.
R esistir: Sobrevivir, soportar.
E spacio: Lugar de asignación.
C erteza: Conocimiento, seguridad.
E videncia: Manifestación.
R estaurar: Nuevo comienzo.
¿Por qué debemos florecer?
Dios nos ve como una planta que está llamada a florecer. Ciertamente, Dios como el dueño y creador de todo lo que vemos se encargó de cada detalle para proveernos el lugar y alimento para nuestro nacimiento, crecimiento y estadía, y aunque muchas veces creemos que no estamos en el lugar correcto y por ello no vemos opción para florecer, los planes de Dios siguen intactos para cada uno de nosotros.
Hay un espacio y tiempo asignado, lo que podemos llamar El cumplimiento de la perfecta voluntad de Dios. El día que Dios nos formó en el vientre de nuestra madre comenzó con una semilla que poco a poco fue rompiendo sus límites de crecimiento, hasta que echó raíces, aquella que le dio sentido a su formación, para nacer debemos tener fuerza y a medida que comenzamos a echar raíces en lo interno en donde nadie nos ve, alguien nos provee el alimento mientras estamos en lo oscuro sin saber que sucederá luego, pero como a toda creación le llega su momento de salir al aire, a nosotros también nos llegó ese momento de trabajo difícil y fue salir a la superficie, en donde todo se desconoce pero la planta debe continuar su crecimiento. Comenzamos a ver el día y la noche, hay un nuevo alimento y personas que deciden cuidarnos, todo cambia y gira conforme a conocer nuestro propósito y vivir para cumplirlo, enfocados en dar el fruto por el cual hemos sido creados. Llega la tormenta, la lluvia y las dificultades, el momento de ser probada la lealtad y obediencia, donde tenemos dos opciones:
1- Nos ahogamos en el proceso.
2- O decidimos aguantar, creer y esperar.
Nuestro Creador nos ha hecho resistentes, nos hizo sobrevivientes y no víctimas, con capacidad de soportar hasta la más fuerte tormenta sin importar su grado. Los nutrientes están en nuestro interior, el exterior sólo nos ofrece estadía y soporte, mientras la planta esté conectada a su verdadera fuente nada podrá secar sus raíces. Siempre tendremos la certeza de que nuestro existir es tan real como el creador del cielo y la tierra, eso demuestra la evidencia que se manifiesta a través de nuestros frutos al florecer.
En muchas ocasiones no vamos a crecer como lo hemos pensado, somos trasplantados del lugar de nacimiento a nuestro espacio asignado con la intención de florecer, los intentos fallidos que han desprendido nuestra flor no es tiempo perdido, el dueño nos muestra la imperfección humana y nos da la oportunidad de restaurarnos y volver a nuestro estado original en una nueva versión con mayor capacidad de poder, compromiso, madurez, seguridad, porque el renacer demuestra la grandeza de su misericordia que cada mañana nos alcanza para continuar la obra y ser la evidencia de su amor eterno.
-No estamos a la deriva porque tenemos:
Dueño: Dios
Abogado: Jesús
Guía: Espíritu Santo
El justo florecerá como la palmera; Crecerá como cedro en el Líbano. Plantados en la casa de Jehová, En los atrios de nuestro Dios florecerán.
Salmos 92:12-13 RVR1960
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