La lluvia está descendiendo a tu favor

En unos de esos días lluviosos recuerdo eran como las 4:45am y comenzó a lloviznar, pero mi oído no era el mismo al escuchar la lluvia y lo que en realidad puede significar cada gota que cae del cielo. La llovizna comenzaba y yo me desvelé, y mientras sólo venían cantidades de palabras a mi mente con una definición diferente a las lluvias que había escuchado anteriormente. Los amantes a la lluvia somos buenos observadores y no dejamos pasar por alto ningún detalle, y puede que esto sea para ti también.

La lluvia cae por muchas razones:

1) Primeramente porque el Autor de la vida y el Creador de todas las cosas permite que la lluvia descienda de lo alto a la tierra.

2) Para limpiar la atmósfera.

3) Para llenar, desbordar y suplir una necesidad.

4) Para una demostración Divina.

5) Para una respuesta.

Para quien le cae la lluvia, recibe Gracia, para quien la escucha recibe paz, y para quien observa lo celestial primero que lo natural se dará cuenta que todo llega por una razón. Todo será motivo de inspiración, hasta el dolor más fuerte que puedas atravesar. Nosotros no merecíamos lo sobrenatural, y aún así sigue llegando lo inexplicable y la lluvia es una de esas cosas que vemos constantemente pero que no todas las observamos igual. Cada gota que baja habla de que así como cae a tierra y no se devuelve vacía al cielo porque de alguna u otra manera da una respuesta, así también son las palabras que el Señor ha dado a tu vida y a la mía, palabras que descienden como la lluvia pero con la respuesta ya gestionada, porque lo que creas en oración será visto en tu entorno, y a los golpes que recibes como fuertes truenos les llegará un arcoíris que mostrará la paz y la victoria a tu favor. Todo llega con un propósito, y todo se añade para el cumplimiento del mismo, recuerda que los clavos, la corona de espinas y cada latigazo que Jesús recibió formaron parte de su dolorosa asignación y gran propósito en la tierra como humano pero que luego recibió una gloria mayor por resistir, creer y vencer. Somos tan resistentes como un techo que aguanta la lluvia, valientes como niños escuchando el viento que llega con la tormenta y los relámpagos sin cesar, y así la victoria llegará por creer que tarde o temprano el tiempo nublado y oscuro pasará y llegará el sol brillante hasta hacernos levantar y resplandecer.

Muchas veces es bueno que llegue la lluvia para que pueda aplacar el dolor, la tristeza y cualquier problema que esté comenzando a florecer, y digo que es bueno porque cuando se comienza a nublar es un aviso de que algo viene y no muy grato, pero también anuncia que sólo es momentáneo y que el arco entre las nubes seguirá saliendo a nuestro favor. Lo que se vive ahora no se compara con lo que viene, porque mientras la uva es procesada nada es gustosa, pero luego el vino que da como resultado arroja un gran gozo para quien lo consume y el dueño de la viña estará sonriendo porque pudiste lograrlo una vez más.

Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.

Isaías 55:10-11 RVR 1960