Amor y Perdón
- JOVEN DIAMANTE
- 4 abr 2024
- 2 Min. de lectura
Jesús duró poco tiempo acompañado hasta que fue entregado.
Jesús enseñó tanto que a la hora de ser crucificado lo negaron.
Jesús siempre supo quién era, más los que esperaban al Mesías no lo reconocieron.
Jesús sanó, trajo liberación, resucitó, dio Salvación y al final hubo incredulidad hasta de los más cercanos.
Jesús estuvo con muchos y en momentos habitaba entre ellos, pero en la cruz se sintió sólo.
Jesús lloró, estuvo angustiado, lleno de miedo, y con todo su poder no se defendió, pero por los mismos que vino ellos pidieron su muerte.
Jesús fue traicionado, azotado, coronado con espinas, molido a latigazos, y solo supo decir ¡Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen!
¿Quién nos da amor y perdón cuando le hacemos tanto daño? No podemos conocer a un Dios de misericordia si no vivimos en esas dos palabras que para muchos son simples pero conllevan un gran significado con recompensa eterna.
Un pecado nos aleja, un arrepentimiento nos acerca, un perdón libera y sana, cuando se da amor hay plenitud, y una muestra de botón es Jesús en la cruz.
¿Quién muere en una cruz y al resucitar abraza a quiénes lo condenaron? Cuanto amor demostrado, una estatura que nos ha costado llegar. Tú y yo hemos pasado por cosas similares a las que Él pasó por eso se compadece de cada una de las situaciones que hemos vivido sin entender el por qué.
-Considera esto:
Jesús es una verdad que la necesitamos vivir todos, un camino único al Padre, y aquel que nos da vida en medio de nuestro existir.
Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
Hechos 4:12 RVR1960
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